Por:
Junior Jesús Aguirre Gorgona
Reza
un dicho popular que no se deben de confundir peras con manzanas, la
comparación es sencilla, no hay que mezclar temas por más tentador
y parecido que nos parezca, y mucho menos generalizar. Pese a
esto, el señor Victor Hurtado Oviedo no acató
dicha recomendación. Sino que fue más allá proponiendo una especie
de "hibridización" de peras y manzanas,
algo así como una suerte de manipulación genética para
crear una “man-pera".
Con
más buenas intenciones que con ideas claras, don Victor escribe en
su artículo titulado “La Solución
es un Israel Laico" las razones por las
cuales la mesa de negociaciones está cerrada y desde su perspectiva
una solución a dicha problemática. Hay
que ser claro y tajante en este punto, Israel no es el problema, un
Estado binacional tampoco es la solución, y -lo que es peor e
indignante- una “Solución Final” para los palestinos tampoco lo
es, estos tres puntos son los que defiende y propone el señor a lo
largo de su escrito.
Primeramente
señala que el conflicto Palestino-Israelí se encuentra total y
completamente muerto, algo que no es del todo cierto, si bien las
negociaciones se encuentran en un punto gélido, Israel, en la
persona de Benjamín Netanyahu ha sido claro en que están esperando
a la representación Palestina para continuar negociando. Si las
conversaciones no han seguido desde el 2013 es por la insistencia de
Hamas al seguir lanzando misiles, construyendo túneles y adoctrinado
palestinos para que apuñalen judíos. ¿Cómo se puede negociar
cuando el “líder" palestino no condena a los terroristas sino
que los convierte en héroes nacionales?
Históricamente
los palestinos (representados por sus políticos) han tirado por la
borda una, y otra, y otra vez cada propuesta puesta sobre la mesa;
quizá la mayor oportunidad de paz, el “Plan Clinton” de
partición, fue descartado por Arafat después de años de
negociación, fiel a su doble discurso en medio de las negociaciones
en Oslo se atrevió a esbozar desde Al Quds “Le haremos la
vida insoportable a los judíos mediante la guerra psicológica
y la explosión de la población”. Si bien es cierto la
parte israelí del conflicto ha sido tajante en sus condiciones, este
plan establecía incluso la partición de
Jerusalén y un éxodo total de los asentamientos en
Cisjordania algo impensable con líderes mas belicistas de Israel
como Dayan, pero que Yitsjak Rabin estuvo dispuesto a realizar.
Arafat, fiel a su estilo de rechazar y no proponer (algo que Abbas
emula muy bien) tiró por la borda el plan y decidió seguir
"luchando por la liberación de Palestina" algo que
económicamente le resulta más
factible. Madrid, Oslo, Camp David y demás cumbres de paz con
iniciativa israelí y respaldo internacional han sido rechazadas por
la diplomacia palestina, y lo que es peor ¡sin propuesta alguna!
Abbas,
al igual que en su momento Arafat, saben que firmar un tratado de paz
significaría una traición total y una muerte segura a manos de los
terroristas de Hamas, mientras sean capaces de mantener el Status
Quo, Abbas seguirá siendo el hombre fuerte
de Cisjordania y la paz no llegará.
¿Es
realmente Israel el problema cuando las dos masas territoriales
palestinas no se ponente de acuerdo y existe una clara línea de
separación entre Cisjordania y Gaza? ¿Es Israel el problema siendo
el único país en el Medio Oriente donde
cristianos, judíos y musulmanes conviven y hasta tienen nacionalidad
israelí? No, el problema no es Israel, el problema son los
dirigentes palestinos -si se puede llamar así a una organización
terrorista- que dicen no, no y no; no paz, no negociaciones y no
reconocimiento; Tierras por paz o paz por tierras.
En
segundo lugar la fusión de territorios en un solo Estado (las peras
y manzanas) representa la más quijotesca ocurrencia de don
Victor, aunque no ha sido el único: líderes sionistas durante el
Siglo XX antes de las resoluciones de la ONU en cuanto a la partición
y las fronteras del 67, como Yehudá Magnes, Gershon Sholem, entre
otros, proponían un único Estado pero este sería de carácter
binacional, algo que posteriormente fue descartado por la
inviabilidad de dicha ocurrencia.
Es
preciso recordar que los sectarismo en el Medio Oriente ni siquiera
logran que las mismas dirigencias palestinas (Hamas y Abbas) que se
supone luchan por un mismo objetivo logren ponerse de acuerdo, las
polarizaciones chií y suní son otro claro
impedimento que no permitirá llegar a un acuerdo concreto entre
pares, y si a esto sumamos la psicología colectiva, los mitos
nacionales y la percepción de la totalidad del mundo árabe que mira
como un cuerpo extraño al pueblo judío en un Medio Oriente musulmán
y homogéneo, dicha propuesta se vuelve hasta risible. No, Israel no
es el problema, la religión tampoco lo es, el problema es, como
hemos visto, Hamas y Abbas.
Y
por último, alguien que dentro de sus ideas siquiera considere que
una de las posibles soluciones al conflicto sea "matar a los
palestinos" espero nunca esté sentado en una mesa de diálogo y
sus ideas nunca sean escuchadas por el bien de los palestinos y los
judíos.
*Profesor
Estudios Sociales y Educación Cívica
Correo:
jaguirre89g@gmail.com