sábado, 9 de abril de 2022

Toda guerra - Opinión del Dr. Antonio Barrios Oviedo



Toda guerra convencional tiene un tiempo limitado, decía Robert Green, en su libro sobre La Guerra. Esto por cuanto la guerra debe mutar hacia formas más radicales de lucha. Ucrania se encamina a eso, el curso de esta guerra la encamina a una Siria o en una Libia. Una amplia diversidad de grupos armados, no solo  autóctonos tales como Stepan Bandera, Praviy Sektor o el Batallón de Azov, provenientes de una extrema derecha de la que nadie quiere hablar y muchos venidos de la Europa Occidental que ha expulsado a sus elementos más radicales, encontraron en Ucrania, no solo un hogar desde mucho antes de los eventos políticos del 2014, sino que luego de ese año se han armado al punto de servir como paramilitares en la presente guerra. 


Además las células del Estado Islámico podrían encontrar en la guerra ucraniana una oportunidad en su oficio de guerra para luchar contra Rusia. Del lado de Oriente, Rusia aporta a la guerra en Ucrania, aparte de su presencia militar, a miles de comandos chechenos musulmanes radicales al mando del presidente de Chechenia Ramzán Kadirov, quien le debe lealtad total a Putin. Con esta diversidad de grupos, Ucrania podría deslizarse hacia una guerra civil, y que podrían cambiar radicalmente los objetivos geopolíticos de esta guerra. 

Los actores formales en la guerra en Ucrania en algún momento deberá salir de ahí, dejarán a las guerrillas y a los paramilitares matarse entre sí, los peones de las guerras subsidiarias, cada uno con sus creencias o escalas de valores religiosas, históricas o ideológicas. Una guerra por delegación (proxy war, en inglés) en conflictos donde una potencia utiliza a terceros actores (ya sean otros Estados, grupos guerrilleros u organizaciones terroristas) para defender sus intereses. Guerras como las de Siria, Libia, Yemen, Irak o Afganistán y ahora en Ucrania, han vuelto a la primera plana este concepto, históricamente vinculado a los enfrentamientos que se vivieron durante la Guerra Fría como Vietnam o Afganistán, donde la URSS y Estados Unidos utilizaron a diversos intermediarios para evitar una conflagración directa. 

En el mundo multipolar de hoy, vemos como las potencias regionales también recurren a estas "proxy wars". Guerras subsidiarias elevan la temperatura en Europa, acostumbrados a promoverlas en otros continentes, tendrán la suya en el corazón de Europa. ¿Inconcebible verdad, dirían muchos, más acostumbrados a creer que eso solo es posible en el resto del mundo "incivilizado". Pues así Europa poco podrá hacer para cambiar el curso de la guerra en Ucrania, ya se abrió la puerta a un semillero radical en este país enclavado en medio de los resabios de guerra fría, de hegemonía, poder y control, aún existentes entre Washington y Moscú. Si esto se llegara a cumplir, la guerra en Ucrania con estas características aquí descritas, promete ser peor a la guerra y posterior desintegración en Yugoslavia, donde el principal responsable fue el Occidente de ese entonces, que creo en poco o nada ha cambiado.