viernes, 18 de septiembre de 2015

El peligro de las migraciones islamicas en Occidente



Comentario de Eddie Badilla V*. (Costa Rica)

La gente se opone al patriarcado, al machismo, a la homofobia, a la pedofilia, a las violaciones, a los asesinatos, pero la gente no hace la conexión entre todas estas prácticas horrorosas y el Islam, y creen que porque uno se opone a la expansión del Islam, es un racista, anti-semita o xenofóbico, incluso se les tacha de nazi, si son alemanes los que se le hacen frente al Islam y dicen las cosas como son. Para poder entender el Islam uno tiene que leer y entender la vida y obra del profeta Mahoma, porque ese es el ejemplo a seguir de todo musulmán. Y quién mejor para hablarnos del problema del Islam que una persona de Siria, o cualquier ex-musulmán que logró escapar de matrimonios forzados, "suicidios" y amputaciones y lapidaciones.
No es una cuestión de colores, étnias, nacionalidades, es una cuestión política-cultural-social-religiosa, los seres humanos no son por naturaleza malos, ni nacemos musulmanes o no-musulmanes, esa es una cosa arbitraria e impuesta.
Según las escrituras islámicas todos los infieles, y minorías deben o morir o caer subyugados, se permite el abuso sexual, la explotación, y todo aquello en lo que creemos o valoramos es destruído, como la libertad de pensamiento, de expresión, de prensa, de tránsito, de amar.
En el islamismo se atacan a los homosexuales, a las mujeres, a los niños, a los ateos, agnósticos, cristianos, judíos, budistas, hindúes, zoroastristas, y o cualquiera que difiera, y eso ha pasado desde sus inicios, en cualquier lugar donde se ubiquen, y sigue sucediendo, aunque sea un poco más moderadamente siempre se sigue lo que dicta el Corán y o la cabeza religiosa local. Por lo que otras sectas islámicas tampoco están a salvo, y la gente se ve forzada a huir de sus hogares, dejando todo atrás, yendo a nuevas y extrañas tierras donde todo es diferente, el que se integra y adapta logra convivir en sociedad, los demás crean sociedades paralelas con sus propias leyes y suelen radicalizarse.
Lo que hizo el cristianismo en América con las culturas autóctonas es lo que pretenden los musulmanes con el resto del mundo, pero el cristianismo cambió, para bien o para mal, y lleva unos quinientos años de cambios con respecto al Islam.
El Islam es tan destructivo como lo fue ese cristianismo en la Inquisición, pero al ser este último descentralizado, es muchísimo más difícil de cambiar, confrontar, o reformar.
Y eso sin contar con la senda del Islam (o Ley Sharía, que se intenta imponer tanto en países musulmanes como Arabia, donde se vive entre el lujo resultante del petróleo, y la teocracia totalitaria con un Estado artificial reconocido internacionalmente debido a sus dólares y su petróleo, pero que tiene las mismas leyes que intentan imponer los terroristas del Estado Islámico en Siria, y otros, como en Bélgica o Inglaterra), además de la migración con fines de colonización y conversión (llamada Hégira), y la mentira (Taqiyya o principio de ocultamiento, mentir para preservar la vida o promover la fe) que se practica para poder lograr cualquier cometido a favor del islamismo, son una verdadera amenaza para con los derechos humanos, y los valores universales.
Así que por más que queramos ser -o parecer- solidarios, progresistas, políticamente correctos, y o compasivos para con esta situación tan trágica de la inmigración forzada de refugiados musulmanes, no se puede separar una cosa de la otra, y no se puede dar una opinión sin contexto y unilateral, las cosas son más complicadas, y uno tiene que pensar en el mayor beneficio posible para el mayor número de seres, y no solamente en la inmediatez, sino en el futuro de las cosas que tenemos, los privilegios que gozamos, y lo que nos gustaría que las futuras generaciones heredaran. No se puede ir por ahí con los brazos abiertos regalando todo, y dando la otra mejilla a todos sin tener un poco de pensamiento crítico y cautela. Y aunque no estoy dando una solución para un problema que yo no inicié y de lo que tampoco me declaro un completo experto, pues al menos espero que la perspectiva sea mucho más amplia y no tan simplista como de etiquetar a alguien que se opone al islam como un reaccionario o "nazi".

* Filologo clásico, productor audiovisual y profesor de español como lengua extranjera.

jueves, 3 de septiembre de 2015

#Siria "Trending Topic"



Por Lic. Brayan Acuña Obando (Analista Internacional)
 
La fotografía que ha dado la vuelta al mundo de un niño sirio ahogado en las costas mediterráneas claro que genera indignación, sin embargo o la gente que hoy protesta de manera tan enérgica ha estado viviendo en otro planeta o hasta ahora se han dado cuenta de la magnitud de la crisis que durante casi un lustro tiene a Siria de cabeza en una lucha sanguinaria, entre los partidarios del gobierno, los opositores y grupos fundamentalistas radicales que buscan “talibanizar” ese país, aunque en la actualidad lo tienen divido técnicamente en tres frentes generales: el de los partidarios a Al Assad, el de los kurdos y el de los opositores al régimen de Bashar, quienes a su vez se dividen entre islamistas y no islamistas. En un país que se ha considerado en uno de los Estados Fallidos del Medio Oriente.

En Siria se contabilizan 215.000 muertos hasta marzo de este año (Datos Naciones Unidas), 7 millones de desplazados hasta agosto de 2015 (datos de la ACNUR), uso de armas químicas, uso de bombas de barril, ataques a poblaciones civiles, secuestros, violación de poblaciones sensibles, destrucción de patrimonio histórico, persecución contra minorías religiosas (kurdos, cristianos, yazidíes) de manera que podría ser catalogada en algunos años como genocida. En términos generales, un país dividido, destrozado y con una crisis humanitaria profunda. Esto solamente mencionando el caso sirio, sin ingresar a lo que ocurre con la crisis política de Iraq y el Califato Islámico, que es una parte importante de lo que ocurre en Siria.

Y el tema no se queda ahí, mucha de la población desplazada que quiere salir de la zona de conflicto, o que es expulsada por creencia religiosa o por el temor que infunden las agrupaciones que se enfrentan, procuran partir a buscar mejor calidad de vida. Cientos de miles de estos desplazados han buscado en Europa el asilo para dejar atrás el oscuro panorama y la espiral de violencia que se desarrolla en sus países de origen, pero si bien los europeos han ofrecido ayudar a un número determinado de migrantes, no pueden absorberlos a todos, y no lo harán.

No pueden, porque esto generaría una crisis política y social a lo interno de sus respectivos países, ningún país está preparado para absorber un número inmenso de ciudadanos que tienen una formación y cultura completamente distinta a las del país de acogida, de esto dan fe algunos cambios que han tenido en países como Francia o Alemania por ejemplo, en la absorción de un grupo determinado de ciudadanos argelinos y turcos respectivamente que han hecho una composición social y política a lo interno un tanto compleja.

En ambos países, dichas agrupaciones sociales crean una especie de país a lo interno, hablan su propio idioma, pocas veces aprenden el idioma del país de acogida, de forma clandestina aplican sus propias normas morales (basadas en la ley religiosa) y mantienen un control sobre todas las practicas a nivel interno de las comunidades. No hay apertura tampoco en muchos casos para asociarse con la nueva sociedad que les dio espacio, no se integran y mucho menos se mezclan. Aunque no es en todos los casos así, y hay ejemplos de grupos de estas personas principalmente de nuevas generaciones que no se ven ni como turcos ni como argelinos, sino como alemanes o franceses.

Y en Europa tampoco querrán absorber a este número inmenso de migrantes, porque el grueso de la población no está de acuerdo en hacerse con la problemática de dichas poblaciones. Esta idea activa y le da fuerza a agrupaciones de extrema derecha que no quieren nada con inmigrantes, indiferente de su origen y se teme por la vida de estos grupos que vendrían huyendo de la violencia en sus países para enfrentar una nueva crisis en el territorio que les abra las puertas.

De igual modo, los desplazados no tienen muchas opciones de movilizarse, dentro de los países hermanos no hay un pasado muy alentador para migrantes, como el caso palestino quienes en su mayoría se ubicaron en Jordania, Líbano y Siria, siendo este último el único país donde el gobierno les aseguró la mayoría de los derechos civiles.

Pero en Líbano donde hay discriminación laboral contra las poblaciones palestinas, muchos de los cuales terminan trabajando para la organización islamista Hezbollah porque no queda de otra. Está el caso de Jordania donde son vistos como ciudadanos de segunda categoría, por lo tanto no son un ejemplo de territorios hacia los cuales los migrantes sirios (también iraquíes) quieran o puedan huir.

Ni se diga de los ejemplos de los ricos países del Golfo, que no acogerán a los inmigrantes sirios principalmente porque estos países son Sunitas y quienes huyen son chiitas y otras minorías religiosas, además que tampoco son buenos ejemplos de absorción. Kuwait por ejemplo en los años 90 expulsó a gran número de refugiados palestinos por las posiciones políticas de Arafat respecto a la invasión que el gobierno iraquí al mando de Sadam Hussein efectuó contra este territorio para anexarlo al gobierno de Bagdad.

Por lo tanto, también es indignante que la crisis humanitaria no tenga una salida, que estas poblaciones no puedan establecerse en un sitio sin el temor que en cualquier momento sean víctimas de ataques de grupos radicales, y que la única salida que les queda es hacer como las agrupaciones kurdas y yazidíes que han creado un frente militar para hacer retroceder a los grupos que vienen a exterminarlos.

Y desde la Comunidad Internacional, el silencio y la complicidad son aberrantes, insultantes, terribles. La inacción que practican los hace parecerse a los países que permitieron la expansión de los nazis y los asesinatos masivos generados por estos, claro los nazis y los islamistas comparten un totalitarismo y odio por los que no son como ellos que enferma en sus prácticas inmisericorde.

Claro que todo esto es indignante, pero no solamente la fotografía que hizo masiva EFE; esperando que no busquen un premio por lo denigrante de semejante imagen. Es indignante porque las voces que hoy hacen alarde del dolor que les provoca la foto, no han hecho mucho eco protestando por la situación de esos países en más de 4 años de conflicto y lo hacen ahora por es un “Trending Topic”, pero cuando pase la “moda” de los niños ahogados en las costas mediterráneas, de nuevo se olvidarán de todo lo que ocurre en ese sector del planeta y continuarán sus vidas, hasta que aparezca el siguiente “Hashtag” que sea el “Bum del momento”.

martes, 1 de septiembre de 2015

VIH y los Derechos Humanos




Lic. Bryan Acuña Obando.
Analista Internacional.
En materia de los derechos humanos, la sociedad cada vez está madurando a la idea de que las personas tienen derechos, independiente de sus condiciones sociales, económicas, religiosas, si cuentan con alguna enfermedad o discapacidad. La conciencia social va fortaleciendo el ideal del valor de cada vida y lucha porque la ley asegure que cada individuo pueda tener las mismas oportunidades que el resto y que bajo ninguna circunstancia sea discriminado o hecho a un lado.

Desde su adopción en 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos; proveniente de la carta de San Francisco de 1945 y otros documentos similares anteriores; cada elemento que se le ha logrado agregar a dicha declaración, se ha transformado en una conquista para la equidad entre los seres humanos. Aunque por supuesto todavía hay regiones donde la garantía y el respeto por elementos fundamentales como la vida no se respetan como acto sagrado que simboliza.

Ahora bien, las personas con VIH se han visto discriminadas durante décadas. El Historiador costarricense y activista de los derechos de las poblaciones LGBT, Jacobo Schifter, en la época de los 80’s era uno de los encargados de retirar cadáveres de enfermos de SIDA de los hospitales, ya que por la ignorancia que existía en nuestro país los trataban similar como en la historia se trató a los leprosos o a los tuberculosos, es decir los dejaban a la “suerte divina” hasta que murieran.

Era tal el asunto con los enfermos de SIDA, que cuando morían los entregaban en bolsas de basura, casi sin tocarlos por temor a contagiarse con la enfermedad del cadáver. También existía el paradigma de pensar que dicha enfermedad era una especie de “cáncer para homosexuales”. Incorrectamente se consideraba una enfermedad solo para personas LGBT y cualquier enfermo fuera de ese grupo era estigmatizado y hecho a un lado de las formas más crueles que existen.

Por suerte, el paradigma acerca de los portadores con VIH o SIDA ha cambiado, principalmente por individuos que se han encargado de educar a las poblaciones para cambiar la mentalidad un tanto retrógrada y denigrante al respecto de este grupo social.

Sin embargo queda mucha labor por realizar para educar y fortalecer las bases de los derechos para las personas con VIH para que no se sientan excluidas de la sociedad, sino que tengan oportunidades como cualquier otro ser humano, para garantizarle principalmente calidad de vida, algo a lo que todos tenemos derecho. Indiferente de los prejuicios morales, sociales o religiosos, los enfermos con VIH son seres humanos los cuales se les debe garantizar la integración dentro de la sociedad, con los cuidados que personas portadoras de este virus ameritan.

En algunos casos hay niños involucrados en el contagio de esta enfermedad, por herencia genética, y al ser parte de una población vulnerable. Por parte del Estado, se les debe garantizar sin ningún tapujo los cuidados elementales para alargarle su presencia en este planeta, con una calidad de vida aceptable, con los recursos de protección que les garantiza la Declaración de Derechos del Niño ratificada en 1959 por la Organización de las Naciones Unidas.

Queda claro que la motivación por los derechos humanos nace del propio espíritu de protección que debemos tener por los individuos de este planeta, de ahí nacen otras declaraciones que nos exigen salvaguardar a poblaciones vulnerables expuestas a diversos flagelos (pobreza, enfermedad, abandono, discapacidad, etc.).

Por lo tanto, quienes tengan un poco de conciencia y sentido común, debería desde su trinchera luchar a favor de garantizar una mejora en la vida de cada individuo, pero con mucha más fuerza debe ser casi obligatorio tener esa mentalidad cuando quienes están delante no cuentan con todas sus capacidades para poder enfrentar solos el diario vivir.

Hay un concepto de la mística judía (cábala) que expresa que el mundo tiene componentes de carga negativa y positiva, cuando las cargas negativas son mayores, el mundo se aproxima a una Era desordenada y de poca esperanza. Pero cuando el ser humano decide rectificar y reparar lo dañado (Tikun Olam), comienza a llenar de cargas positivas al mundo, al punto que esa reparación acercan a la humanidad a una Era de paz y convivencia entre toda la creación, lo que en algunos contextos denominarían “Era Mesiánica”.

Pero para poder rectificar eso que nuestros actos y cargas negativas causaron, se deben realizar muchos actos de justicia y buscar acortar las malas relaciones que tenemos entre seres humanos, dejando de justificar la discriminación y la destrucción de seres humanos solamente porque su condición por algún motivo en particular es distinta a la nuestra. Si logramos esa armonía entre seres humanos, garantizando equidad en los derechos, el mundo realmente se acercará a una época en la cual los seres humanos ya no se alistarán más para las guerras, ni se crearán más armas de destrucción sino solamente aquello que construya un mejor bienestar. Es un pensamiento utópico, pero nunca estará de más poder procurar llevar adelante acciones que nos acerquen más hacia ese lugar.